Sunday, January 12, 2014

24/7.


- Cristal era el tipo de mujer perfecta para mi, me gustaba verla, verla absolutamente en todas sus fachadas caras y vicios e incluso cuando llegaba a las 8 a.m  con el maquillaje corrido, el cabello un caos, sus medias rotas y su mirada trascendente . Era mi compañera de departamento. Me gustaba su forma de hablar, de ver las cosas. Me gustaba sus gustos musicales, e independientemente fuesen opuestos a los míos. Me gustaba que me despertará con su música a todo volumen y su risa contagiosa. Ella sabia maquillarme la vida y los días con su sonrisa de tonta que tenía pero me cautivaba completamente.
No eramos oficialmente nada, ella nunca lo quiso. Le gustaba la vida libre, los días locos, la música alta, y entre sus gustos estaba yo. Me perturbaba el hecho de que no me tomara tan en serio como yo a ella. Pero así la adoraba, adoraba que me preguntará el por qué de mis pinturas y el por qué de mis escrituras. Solo yo sabía que sentía por ella, yo no quería espantarla, pero inevitablemente siempre quería tenerla cerca.
No había segundo, minuto, hora, días que yo no la pensara. Ella se había ganado mi amor, y mi amor era tan imposible de controlar que yo la quería como fuera. Cristal solía ser una mujer feminista, sin gustos exactos, cambiante de estado de ánimo, tierna y salvaje a la vez. Era ella. La mujer de la cual me había enamorado.
No puedo hablar de tiempo, por que estando con ella el tiempo volaba transcurría a indeterminable velocidad, ella hacia de mi tiempo y de mi vida algo perfecto e imperfecto a la vez. Solo ella sabía como hacerlo, como hacerme tan feliz, manipulaba mis sentimientos a favor de ella. Era una chica que sabía como hacer las cosas, no era inocente, al contrarío era totalmente astuta y maliciosa.

 Cristal supo sacarme de mis casillas, y sin alguna razón dejarme,  quererme locamente y absurdamente a la vez.